DEBATE Y FÚTBOL

DEBATE Y FÚTBOL

Entre discursos triunfalistas y violencia verbal (disfrazada de propuestas) se ha desarrollado la campaña por la presidencia de la república. Los espacios que antes no se utilizaban, hoy han sido ocupados por delegados del equipo de campaña. Así, los vemos a todos en programas de radio, noticieros, revisteros matutinos, programas deportivos, y aprovechando la era digital hasta en nuestros dispositivos. Ya no hablemos de las redes sociales que han sido el campo de batalla de casi todos los candidatos.

De esta manera hemos llegado al tercer debate presidencial, debate muy alejado de aquel primero de los años noventa, donde iluminación y presencia era muy diferente. Este último es un debate atípico, pues a diferencia de los anteriores se desarrollará en día laboral, debido a que no podría competir contra el mundial de fútbol.

Entonces ¿Qué podemos esperar del debate de hoy cuando uno de los candidatos tiene más del 50% de las preferencias electorales -según las últimas encuestas-mientras que el último lugar de las preferencias apenas llega al 3%? ¿Cuál debe ser nuestra expectativa si ya vimos los spots de ataques y la guerra sucia contra Andrés Manuel y Ricardo? ¿Qué sorpresa nos deparará el alumno de Carlos Alazrraky para el debate de hoy, cuando ya nos ha demostrado que lo suyo no es el carisma?

¿Qué debería emocionar más a un ciudadano: saber que los personajes de esta noche decidirán los destinos de su vida los próximos seis años, o presenciar la derrota de la selección nacional de fútbol? ¿Cuál tendría que ser la responsabilidad del ciudadano: ver con ojos críticos el debate y las propuestas de quienes pretenden gobernarnos o apoyar ingenuamente a una selección de fútbol que jugará un papel testimonial?

¿Qué debemos esperar los ciudadanos de los debates? ¿Propuestas? ¿Ataques? ¿Espectáculo? ¿Gritos? ¿Mentiras? O simplemente nada. Y ¿Qué deberían esperar los candidatos de nosotros, los ciudadanos? ¿Qué salgamos a votar y participemos en la decisión del destino de nuestro país o simplemente que nos quedemos en la comodidad del “sillón del estatus quo” como afirma la Doctora Bárbara Cabrera?

Quizá debate y fútbol deberían ir de la mano, pero por alguna extraña razón, los mexicanos prefieren ver a veinticuatro individuos pateando un balón aunque les vaya de la patada seis años de su vida, que informarse sobre quienes aspiran a ocupar la silla del águila. Informémonos, participemos, organicémonos, salgamos a votar, es parte de nuestra responsabilidad cívica.

Por hoy es todo, nos leemos la próxima. Carpe diem.

Samuel Hernández Apodaca
@iusfilosofo

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