En la noche

los grillos grillan

con ansia nocturna

en busca de una amante

y los murciélagos silentes

reposan sobre capulines.

 

Tecolotes susurran clarividencias

que auguran cruel destino

y la luna posa orgullosa

sobre vacas y gallinas.

 

En la noche el perro ladra

y se da la gran vida

estirado en el patio,

soñando con el desayuno

y en la constelación diáfana

una lluvia de luciérnagas

se presenta a la distancia.

 

Una noche no basta para agarrarme de tu cuerpo,

sostenido por mis besos de pies a cabeza.

 

Esa tersa piel que embelesada de ternura

atrapa mis sentidos.

 

Oh sábanas testigos no cubran la figura,

porcelana intacta, cerámica irrompible.

 

Estrellas diminutas galopan en el aire,

sueño que no termina, muerte instantánea,

diáfana y pequeña tan llena de  suspiros.

 

Oh noche no te acabes, que ahora ella es mía,

detén la nueva luz  que acaricia el  día

y  ella está conmigo…

 

Oh noche no te vayas,  detente a contragolpe

¿Qué amanecer querrá conspirar contra mi noche?

Si tú no llegas, día, mi noche no acabará…

Duerme niña, duerme

yo vigilaré tu sueño

que no lo espante la noche

y no lo sacuda el viento

Yo lo cuidaré

muy quedo

hasta que te despiertes

 

Oh niña, dulce y blanca

descansa tus ojos bellos

sigue durmiendo lento

que yo me quedaré a tu lado

como centinela eterno

hasta que tus ojos tiernos

me digan que están abiertos…

 

Sucede que cuando un hombre

y una mujer se quieren

uno da la mitad

de  lo que tiene

y el otro

             no entrega nada.

 

Intentan realizar algo

              con lo primero que

              se les viene  a la mente

              con la vana intención

                                de entregarse

               y sentirse uno solo.

 

Sucede que se sientan

a esperar la felicidad

               donde duermen

                          sueños inconclusos,

yendo  por el mundo

                          despreocupados,

intentando olvidar

lo que los ha unido

          Quizá una pasión

                    una noche o

                    una simple promesa

 

Se pelean con el destino,

                 culpándose uno con otro

                 y encontrando

                 cualquier motivo

                                 para decirse adiós.

Luciérnagas transversales

surcan el firmamento

como gotitas de cielo

blancas y destellantes.


Qué bella es la noche

que se desnuda

con su montón de agujeros

que incesantes alumbran

como luz que no cesa

acariciando el día

El reloj carcome incesante las horas
y su tic tac estridente golpea mis oídos.

Afuera el fresco de la noche
adormece el canto de los grillos
mientras aquí dentro
el insomnio hace sangrar mi espalda
bajo las sábanas.

Acostarse y quitarse la ropa,
no para dormir y cerrar los ojos,
sino dejar atrás el ajetreo del día
y olvidar las deudas.
Recostarse en la cama,
es arrancarse de la piel
las decepciones,
desterrarse de este mundo
y sus preocupaciones,
sentir que sigo vivo,
esperando a que se apague
el farol de la esquina .

DE MAQUILLAJE

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