Origen pagano y sincretismo prehispánico de la Semana Santa

Origen pagano y sincretismo prehispánico de la Semana Santa

 

CIUDAD DE MÉXICO, 17 de abril (Al Momento Noticias).- El culto al Sol y los ritos del sacrificio del hijo, su renacimiento o resurrección son anteriores al cristianismo; se practicaban entre los romanos, arios y celtas. Las viejas culturas agrícolas festejaban con esto la llegada de la primavera, el resurgimiento del Sol, por eso coinciden en esta época los nacimientos de los diversos dioses de las religiones más importantes.

Celebrada los primeros de abril, la Semana Santa representa para los católicos el momento litúrgico más importante de su fe, en donde se simboliza la pasión, muerte y resurrección de Jesús.

Antecedida por la Cuaresma —conformada por 40 días de recogimiento y reflexión—, la Semana Santa inició con el Domingo de Ramos. Este día los religiosos portan pequeñas palmas de olivo que recuerdan la llegada de Jesús a Jerusalén y el buen recibimiento que tuvo por parte de sus habitantes, además de reflejar la fe de la iglesia en Cristo.

Las creencias religiosas dictan que el jueves, viernes y sábado “santos” simbolizan el cambio del mundo viejo al nuevo, tiempos en los que existe una renovación personal mediante la muerte de Jesús tal y como refieren textos bíblicos.

Sin embargo, antes de su muerte, se recuerda la última cena del Mesías, la traición que éste sufre tras haber sido entregado por Judas para que fuera condenado y su viacrucis. En tiempos anteriores a la conquista del Nuevo Mundo por parte de los europeos, la Semana Santa tal como la concebimos ahora no existía para los indígenas, aunque se festejaba el equinoccio de primavera como se puede comprobar con los glifos, estelas e inscripciones de las principales ciudades prehispánicas.

Los europeos se dieron a la tarea de realizar otra conquista: la de convertir al catolicismo a los nativos americanos. El principal método de los misioneros españoles fue hablarles de Dios, los Mandamientos, el cielo y del castigo eterno mediante el infierno, si eran pecadores. Más tarde se edificaron los primeros templos católicos dedicados a la adoración de la Virgen y en los cuales podrían conocer el procedimiento para celebrar la Semana Santa.

Sincretismo cultural

No obstante, la conversión no fue total y derivó en un sincretismo cultural, como es el caso de los Nescuitiles, representaciones nativas de la pasión de Cristo, que se oponen a rezos como el Ave María y el Padre Nuestro y que en la actualidad, algunos indígenas aún practican.

Recordado año con año en distintas partes del país, el viacrucis encuentra su más importante representación en la realizada en el Cerro de la Estrella, en Iztapalapa. En esta demarcación de la Ciudad de México se pueden observar las 14 estaciones que constituyen el calvario de Jesús, iniciando con su sentencia de muerte y el recibimiento de su cruz (en la que posteriormente será crucificado), pasando por las tres caídas y el encuentro con su madre María Magdalena, hasta el momento en que es clavado en la cruz y olvidado en el calvario.

Dentro de las festividades de Semana Santa más representativas del interior del país, se encuentra la efectuada en San Luis Potosí, llamada la Procesión del Silencio; en ella desfilan hombres y mujeres encapuchados, mientras se exhiben imágenes secuenciales del sufrimiento de Cristo antes de ser crucificado.

Guerrero es otra entidad con festejos destacados en donde, en desfile, diversas personas hacen penitencia para “limpiar” sus pecados golpeándose el cuerpo. También destacan las celebraciones de diferentes municipios del Estado de México, como Temascalcingo, Malinalco, San Mateo Atenco, Capulhuac, Tenango y Sultepec.