Esa implacable casera: la pobreza

Esa implacable casera: la pobreza

El terremoto ocurrido en Japón el viernes pasado, nos demuestra que como en la sociedad hay de clases a clases, en las tragedias hay de devastaciones a devastaciones, la destrucción tiene claro origen económico.

Mientras el tsunami en el sur y sureste asiático de diciembre de 2004 (provocado por un sismo) y el terremoto de Haití en enero de 2010 originaron un número delirante de muertos (alrededor de 230 mil en el primer caso y hasta 316 mil en la isla caribeña de acuerdo a cifras proporcionadas por el Primer Ministro, Jean Max Bellerive), los terremotos de Chile en febrero de 2010 y el que mencionamos al principio, han tenido un número menor víctimas.

Para el caso del país andino se calcula en 525 los fallecidos, considerando que no se produjo en una zona con alta densidad poblacional. En la oriental isla aun no se tiene un balance definitivo, pero algunas proyecciones estiman en 10 mil el número de muertos.

En términos de intensidad, el sismo en Haití fue mucho menor que los otros tres mencionados, sin embargo, las condiciones de pobreza incrementaron el daño del movimiento telúrico. En esta misma idea, el desarrollo tecnológico japonés implica que el mayor problema que enfrentan, venga de un par de centrales nucleares que resultaron afectadas.

Desde luego que la recuperación en los cuatro casos depende de las potencialidades económicas de los países involucrados, la ayuda internacional sólo funciona en la coyuntura.

La naturaleza tiene un inmenso poder destructivo pero siempre permite el surgimiento de la vida, la pobreza, en cambio,  es la avanzada del Armagedón.

¿Cuántos muertos son causados por la naturaleza y cuantos por la inequidad social?

Las ideas y opiniones aquí expresadas son responsabilidad exclusiva del autor y no necesariamente reflejan el punto de vista o la línea editorial de Informaver y Arcadeleer. Respetamos y defendemos el derecho a la libre expresión.

Salud

Más Artículos