En términos políticos se distinguen por pasar de lo verde a lo podrido
A pesar de tener todo en contra, incluida la realidad, Alejandro Moreno y Marko Cortés, que cobran como titulares del respectivo CEN de su partido, se aferran con desesperación al cargo saben que, al dejarlo, su futuro es la ignominia y, además, en uno de los casos, el reclusorio.
Que Roberto Madrazo le dé lecciones de moral al campechano, es algo inusual, sin embargo, nos indica que, en el ex partidazo, Alito apesta a muerto, no lo quieren y por más que alegue que aún no concluye su encargo, no tiene viabilidad, es un rey Midas al revés.
Por su parte, a Markito lo desahucian ora el gobernador de Aguascalientes, Martín Orozco, ora el ex mandatario de Querétaro, Pancho Domínguez, pero al igual que su contlapache tricolor, se resiste a entender que, de política electoral, no entiende.
El colmo, es que con ‘n’ cantidad de procesos comiciales perdidos, por un par que ganan se ufanan a tal grado, que se dicen victoriosos por meter el gol de la honrilla, así o más cachazudos.
Siendo prácticos, en la 4T todo es felicidad ante tan impresentables adversarios, bajo esta dinámica, dan por descontado que con cualquiera de sus tres corcholatas ganarían caminando en el 2024 y, dicho sea de paso, les asiste la razón.
Sería de risa loca que, durante la campaña presidencial, quien resulte el abanderado de la coalición opositora, tenga que invertir tiempo en tratar de deslindarse de las tropelías y torpezas del par de marras, si es que todavía continúan medrando en sus posiciones.
A este ritmo, la estrategia de los rapacillos consistirá no en ganar la presidencia o el Congreso, sino, en no perder el registro. Sin duda, ambos personajes son más tóxicos que una bomba radioactiva, literal.
Fe de erratas: en la columna de ayer, en el párrafo final dice: pero si Gedeón pudo, porque yo no, en realidad debió decir: por qué yo no. Suele ocurrir.