Foto: Sergio Hernández líder del grupo parlamentario del PAN y presidente de la Junta de Coordinación Política
El niño de Mancha salió muy ‘manchado’.
Lo quiten o no, es evidente que el ciclo de Sergio Hernández como líder del grupo parlamentario del PAN y presidente de la Junta de Coordinación Política, está concluido, las acusaciones hechas por la diputada Cinthya Lobato son muy graves.
Que Hernández, protegido de Pepe Mancha, presidente del CDE del blanquiazul, y su camarilla manejen en total opacidad los recursos del grupo parlamentario, se habla de un millón 600 mil pesos mensuales, es algo que tienen que aclarar ante sus pares. La oferta electoral del panismo fue combatir y castigar la corrupción, por lo tanto, deben dejar claro que no están incurriendo en las mismas prácticas y si lo han hecho, deben admitirlo y sancionar a los responsables.
Sin embargo, el tema más serio de los mencionados por la señora Lobato, sería el referente a una presunta trata de personas y narcomenudeo, en virtud de que las ‘fiestecitas’ de Sergio y sus secuaces, estarían animadas por ‘edecanes’, además de contar con un amplio coctel de estimulantes.
Que un encargado de redactar las leyes este inmerso en las andanzas mencionadas, es un crimen de lesa humanidad, máxime si se trata del dirigente de un grupo parlamentario.
El panismo veracruzano debe ser el principal interesado en que se averigüen a fondo las acusaciones vertidas por Cinthya Lobato, si eligen el silencio y dejar pasar el tiempo para que se archive el asunto, muy caro se lo cobrarán los ciudadanos en 2018.
Por lo pronto, si algo de sensatez queda en Pepe Mancha, debe separar del cargo a Sergio Hernández, para que se realicen las indagatorias correspondientes.
@javieroldan